Por una nueva Era
Unos extraños sollozos retumbaron en la mente de los humanos de Aldorf durante años. Lloros de dolor y lástima que les penetraban el alma y debilitaba su fuerza de voluntad.
Mucho más tiempo pasó hasta que esos lloros dejaron de sonar, pasando a ser gritos de dolor y angustia que sumieron a la ciudad en el caos. Sus habitantes dormían poco y esos aullidos retumbaban sobre toda la población, ya fuera joven o anciana, no había distinción. Por más que los Sacerdotes trataron de rezar a los Dioses con sus plegarias, hacer sacrificios de sangre, nada funcionó hasta que un día esos gritos cesaron sin más.
El poder del Rey Imperecedero levantó de la tumba a varios de sus creaciones más poderosas y les encomendó una misión a cada uno. Isabella von Carstein volvía a la vida con una sola pretensión en suno-muerte, traer de nuevo a la vida a su amado Vlad.
Encandilando a algunos pobres hechiceros que apenas podían formular sencillos hechizos, los preparó en el arte de la Nigromancia para que dirigieran a sus huestes a la batalla. A los humanos más astutos que se encontró por el camino los convirtió en sus leales y letales espías con el fin de recuperar los artefactos necesarios para traer de nuevo a la vida a Vlad von Carstein, el primero de los Condes Vampiro.
La inmortalidad era una gran losa para Isabella que vivía desdichada con cada minuto que estaba separada de su esposo. La búsqueda de laBebedora de Sangrey delAnillo de los von Carsteinestaba siendo muy larga. No había avances hasta que Ezequiel, uno de sus espías logró información robada al propio Mannfred vo Carstein sobre el paradero de los artefactos.
Haciéndose pasar por uno de los batallones de Mannfred, Isabella emprendió su camino lleno de dolor y sangre…
No hay comentarios:
Publicar un comentario